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Atención señoras y señores,
cojan cada uno su zapato que nos vamos a sumergir en "Cenicienta en Otoño", donde podréis leer y comentar
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se ajuste a vuestro nuevo modelo de Cenis.

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27 noviembre 2009

Las cenizas de Cenicienta


La conferencia de Mercedes Replínger, nos ofrece la visión de que Cenicienta no es un cuento, como algunas lecturas feministas subrayan y como a lo largo de muchos años se nos ha hecho ver, y con ello me refiero a la mujer como ser pasivo que espera la salvación de un príncipe azul en la sociedad occidental.
Algunas artistas como Cindy Sherman, Dina Goldstein o Elena Dorfman, han destacado y ridiculizado el cuento, de tal forma que se transforma, trivializándose, en un cuento folklórico con moraleja; un ejercicio redundante cuya eficacia se pierde en la ironía y la sátira. Este enfoque tan plano por pedagógico del cuento de Cenicienta se resuelve en los estudios de etnología y antropología, análisis morfológicos a lo Propp que la convierten en un arquetipo, entre otras cosas, de la batalla cósmica entre el cielo y la tierra o el bien y el mal.

En este sentido algunas artistas como Miwa Yanagi, Nathalie Rebholz con mejor olfato potencian el componente siniestro, la crueldad que subyace bajo las apariencias sentimentales del relato maravilloso. Sin embargo, este trabajo decide centrarse en aquello que el siglo XIX aporta a la iconografía del relato, el componente kitsch, y que género puede reivindicar con toda legitimidad su herencia, la publicidad de modas.
Como señala Celeste Olalquiaga, el kitsch es perderse en una imagen, deslizándose por ella como por uno de los espejos mágicos de Alicia, cruzando el umbral de una dimensión paralela, un mundo de sombras. Cenicienta envuelta en el gris sucio de los fogones, iluminada por el calor del hogar está sepultada por ese polvo al que quedan reducidas todas las cosas; ruina en gris que, posteriormente, se transforma en cristal luminoso, metáfora de una nostalgia que, en la actualidad, recorre el camino contrario, del cristal al polvo, a las cenizas, donde se cruzan los sueños desvanecidos, las fantasías abandonadas.

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